Ciencia
Tatuajes que hablan con su color: monitoreo metabólico en tiempo real
Una innovadora técnica alemana fusiona arte corporal y biosensores para detectar niveles de glucosa, albúmina y pH, todo con solo observar un cambio de color.

En los laboratorios de la Universidad Técnica de Múnich, un equipo liderado por el ingeniero químico Ali Yetisen ha logrado fusionar arte y medicina en una propuesta revolucionaria: tatuajes que cambian de color según indicadores metabólicos clave. Inspirada en la tradición milenaria del tatuaje intradérmico, esta tecnología añade una capa funcional al pigmento: actúa como monitor biológico sin ser invasiva.
Utilizando tres sensores colorimétricos cuidadosamente diseñados, estos “tatuajes biosensores” pueden indicar variaciones en pH —con tinta sensible al ácido o alcalino—, así como cambios en glucosa o albúmina en sangre. Por ejemplo, la detección de glucosa está basada en una reacción enzimática (glucosa oxidasa y peroxidasa) que tiñe el área del tatuaje de verde oscuro o amarillo según el nivel. En el caso de la albúmina, otro tinte cambia a verde para indicar niveles elevados, lo cual puede ser un indicador de problemas cardíacos, mientras que niveles bajos pueden apuntar a disfunción hepática o renal.
Hasta ahora, las pruebas se han realizado en piel de cerdo, demostrando que los tatuajes son minimamente invasivos y capaces de cambiar visiblemente de color. Estas variaciones son captadas mediante una cámara de smartphone y analizadas con una app que, gracias a un algoritmo calibrado, determina los niveles precisos de estos biomarcadores según tonalidades, brillo y saturación.
Los investigadores destacan que estos dispositivos no solo tienen aplicación potencial en la gestión de enfermedades crónicas como la diabetes, sino que su uso podría extenderse a la detección de electrolitos, proteínas, microorganismos patógenos, gases o incluso la hidratación corporal. La tecnología abre un camino hacia una medicina personalizada y accesible, donde el cuerpo mismo se convierte en su propio monitor de salud.
El reto actual es optimizar métodos de aplicación más seguros y menos invasivos. Se exploran estrategias como microinyecciones mediante microjets o láseres que eviten dañar la capa superficial de la piel. Con ello, se busca ofrecer una herramienta que combine estética corporal, practicidad clínica y bienestar preventivo continuo.